El 14 de noviembre de 1979 el recordado Joan Manubens abría, en un estrecho local del barrio del Born, el que se convertiría en uno de los restaurantes de producto más emblemáticos de Barcelona
La originalidad del local especializado en el mejor pescado y marisco reside en que no tiene carta ni siquiera letrero en la puerta. Fue el primer speakeasy de la ciudad
El hijo de Joan Manubens quiere continuar con el sueño de su padre manteniendo la máxima calidad en la oferta y buscando la felicidad de su clientela
Por el Passadís del Pep han pasado rostros famosos de todos los ámbitos, siendo Francis Ford Coppola amigo personal de la casa
El Passadís del Pep celebra 40 años de existencia sin perder la esencia y el carisma que le insufló su creador, el recordado Joan Manubens. Continúa siendo ese restaurante distinto a todos, sin carta ni letrero en la puerta, al que se llega atravesando un estrecho pasadizo y en sus mesas de blanco mantel se disfruta de los mejores productos de la temporada, en especial del pescado y del marisco más exquisito.
Un local carismático, casi oculto en el Pla de Palau, con una fiel clientela de rostros anónimos y otros muy conocidos, entre los que destaca un Francis Ford Coppola capaz de tomar un vuelo privado después de recibir el premio Princesa de Asturias solo para cenar allí con su amigo Joan. El Passadís del Pep nació siendo una casa familiar de comidas que, en poco tiempo y gracias a las buenas artes de Manubens, se convirtió en un templo para amantes del buen comer y en todo un referente en la restauración cuando Barcelona tan solo contaba con una decena de locales interesantes. A partir de los Juegos Olímpicos del 92, y siempre fiel a su estilo, el establecimiento vivió con la ciudad la apertura al mundo y al turismo internacional.